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Cuando los Rangers se reunieron en equipo por primera vez desde el Juego 7 de la Serie Mundial del 2011, el manager Ron Washington empezó por enterrar el pasado.
“Es hora de darle vuelta a la hoja con respecto a la temporada pasada”, dijo.
Ese es el reto que enfrenta Texas en el 2012. Pocos equipos han sufrido un desenlace más doloroso que el que vivió la escuadra de Washington en el 2011.
Los Rangers experimentaron el tipo de final que puede dañar el alma de un equipo y perdurar en la mente y en el corazón. En dos ocasiones, Texas estuvo a un strike de ganar la Serie Mundial. Estaban listos para celebrar en el Juego 6 cuando el partido se les fue de las manos.
Los Cardenales vinieron de atrás para ganar y repitieron la hazaña en el Juego 7.
Perder la Serie Mundial es una cosa. Perderla como lo hicieron los Rangers, después de estar tan cerca de coronarse, es el tipo de experiencia que puede atormentar a una organización.
“No voy a negarlo”, dijo el jardinero David Murphy. “Cuando veo los videos y me pongo a pensar mucho en el Juego 6, se me revuelve el estómago”.
No obstante, los Rangers insisten en que lo pasado es pasado y que no van a permitir que los Cardenales los derroten por segunda vez.
“Creo que nos hizo falta varias semanas para procesarlo todo y superarlo”, dijo el bateador designado Michael Young. “Lo último que quieres hacer es sentarte y decir, ‘Estoy bien, estoy bien, estoy bien’ y nunca asimilarlo. Tienes que darte algo de tiempo”.
En esa primera reunión, Washington dijo que el enfoque tenía que estar en mirar hacia adelante y dejar atrás el 2011. El reto sería el mismo, dijo, si hubiesen ganado.
“No vamos a tener una resaca”, dijo el catapaz. “Seguimos hambrientos. Más que eso confiamos en que podemos jugar béisbol. Llegaremos todos los días en el 2012 y tomaremos lo que ofrezca cada día y trataremos de dar lo mejor de nosotros ese día. Lo demás se resolverá por su cuenta. No le estamos dando mente a lo que sucedió en el 2010 y el 2011”.
Existen muchas razones por las cuales a Texas le podría ir muy bien. Primero que nada está el talento. El club tiene casi el mismo lineup que terminó en el tercer lugar en carreras anotadas en Grandes Ligas el año pasado.
El club también confía en que su rotación será muy buena a pesar de haber perdido a C.J. Wilson, quien ganó 16 juegos y lanzó 223 entradas en el 2011. Los Rangers invirtieron US$110 en el derecho japonés Yu Darvish, de 25 años, y consideran en que su ex taponero, el dominicano Neftalí Féliz, se perfila como un abridor dominante.
“No soy un veterano de 10 o 15 años”, dijo Murphy, “pero para el tiempo que llevo en este deporte y hasta donde llega mi conocimiento del béisbol, valoro el Juego 6 por lo que fue. Fue una Serie Mundial increíble. Competimos al nivel más alto. Dimos todo lo que teníamos. No logramos nuestro objetivo. Fue desgarrador, pero el 2012 es un año nuevo”.
El gerente general Jon Daniels ha hecho una labor extraordinaria a la hora de adquirir talento y construir una organización duradera. Igual de importante es la ética de trabajo y fuego competitivo del grupo.
Daniels no sólo ha encontrado el talento ideal, sino que también ha agregado a las personas indicadas. Los Rangers se desilusionaron tras perder la Serie Mundial del 2010 ante los Gigantes, pero ésa llegó solamente a cinco juegos.
“Todos tenemos mucha motivación aún”, dijo el intermedista Ian Kinsler. “Somos muy competitivos. Este año es completamente diferente al pasado. El haber jugado en las últimas dos Series Mundiales no disminuye nuestras posibilidades de ir a la Serie Mundial este año. Tenemos que probarnos otra vez y eso es lo bello de este deporte”.
Cuando los Rangers llegaron a los entrenamientos el año pasado, el presidente del club, Nolan Ryan, dijo que estaba encantando de ver que sus jugadores seguían tan deseosos de ganar como siempre. En ese sentido, nada en el clubhouse ha cambiado.
“Es de eso que estoy orgulloso”, dijo Daniels. “La gente que tenemos. La cultura que tenemos. Disfrutan estar juntos. Celebramos nuestros éxitos, pero no por mucho tiempo. De igual manera, tampoco nos desanimamos demasiado cuando las cosas no salen como queremos”.
En medio de todo está Washington, quien se da a querer, es muy honesto y tiene la personalidad indicada para soportar una campaña de nueve meses llena de altibajos.
“Establece el tono que se necesita”, dijo Daniels. “Es cuestión de afrontar las cosas un día a la vez y enfocarnos en lo que tenemos que hacer”.
Los jugadores saben lo mucho que le importan a su manager. Lo ven en sus celebraciones espontáneas en el clubhouse en tiempos de prosperidad y en el apoyo que les brinda en momentos difíciles.
“Cada jugador sabe cuál es su posición con respecto a Wash”, dijo Young. “El factor confianza no se puede subestimar”.
Young es el único titular en los Rangers que tiene más de 32 años de edad y cuatro de ellos aún tienen apenas 20 y tanto. De la misma manera, un solo integrante de la rotación abridora, Colby Lewis, de 32, tiene 30 años o más.
Recorrer el clubhouse de Texas es ver a un equipo que disfruta la convivencia y se divierte. Pero como dijo Young, “Alrededor de las 6 de la tarde, el humor cambia. Cuando es hora de trabajar, trabajamos”.
Los Angelinos han mejorado, al igual que los Tigres y los Yankees. Los Medias Rojas y los Rays tienen mucho a su favor.
La Liga Americana parece tener igual cantidad de equipos buenos como en cualquier temporada reciente, pero el club que ha ganado dos banderines consecutivos aún tiene mucha confianza en sí mismo.
“Nunca entendí lo importante que es la química hasta que fui parte de un equipo con una tan buena”, dijo Murphy. “Los muchachos se apoyan unos a los otros. Les importa más el equipo que ellos mismos”.