Associated Press
Al igual que Osama bin Laden, el hombre a quien Estados Unidos califica como el jefe más poderoso del narcotráfico al parecer se oculta a simple vista.
La policía federal estuvo cerca de capturar a Joaquín “El Chapo” Guzmán en una mansión costera de Los Cabos hace tres semanas, un día después que la secretaria de Estado norteamericana Hillary Clinton se reunió con decenas de cancilleres en la misma ciudad turística.
José Cuitláhuac Salinas, subprocurador de investigación especializada en delincuencia organizada, confirmó el domingo que estuvieron a punto de capturarlo a fines de febrero, en un esfuerzo del gobierno por arrestar a uno de los principales fugitivos del mundo desde que escapó de la cárcel en un camión de lavandería en 2001.
“Sabemos que estuvo ahí”, dijo Salinas a The Associated Press.
El incidente refuerza la impresión de que las autoridades están cerrando el cerco sobre Guzmán, y que el gobierno del presidente Felipe Calderón está empeñado en atraparlo antes de que concluya su sexenio de gobierno en diciembre.
Calderón no puede ser reelegido, y su Partido Acción Nacional está en desventaja en la intención de voto rumbo a las elecciones presidenciales del 1 de julio. Muchos mexicanos se dicen cansados de la ofensiva de su gobierno contra el hampa, que ha dejado más de 47.000 muertos y a Guzmán más fuerte que nunca. El arresto del “Chapo” probablemente sería un espaldarazo para el partido gobernante.
Dos hombres y dos mujeres que estaban en la casa donde se cree estuvo Guzmán fueron detenidos y están a disposición de la unidad que combate la delincuencia organizada, dijo Salinas. No reveló los nombres, pero dijo que por lo menos uno de los hombres había sido piloto de Guzmán. La policía federal también halló armas en la casa, agregó el subprocurador.
La incursión fue conducida por las autoridades mexicanas. Salinas no dijo si el Departamento Estadounidense Antidrogas tuvo alguna participación. La DEA remitió toda consulta periodística al gobierno mexicano.
Desde su fuga de la prisión, Guzmán, de 54 años, se ha catapultado como el narcotraficante más poderoso del mundo, según el Departamento del Tesoro de Estados Unidos.
El cártel de Sinaloa, de Guzmán, controla el narcotráfico casi en la mitad del país. Gran parte del resto está en manos del cártel de los Zetas.
Las autoridades policiales estadounidenses afirman que ningún otro cartel tiene las redes internacionales de distribución de cocaína con que cuenta el de Sinaloa, que también está introduciendo metanfetaminas en México y Centroamérica. Guzmán aparece anualmente en la lista de la revista Forbes entre los multimillonarios del mundo.
Se ofrecen 7 millones de dólares como recompensa por su captura en México y Estados Unidos, y equipos policiales de ambos países están dedicados a capturarlo.
Según versiones, Guzmán se oculta en la zona montañosa remota de su estado natal de Sinaloa. A veces se dijo que estuvo en otros sitios, incluso en Argentina durante un tiempo. El presidente guatemalteco Otto Pérez Molina dijo tener informes de que Guzmán estuvo recientemente en su país.
Un cable diplomático estadounidense difundido por WikiLeaks atribuyó al secretario de Defensa mexicano, general Guillermo Galván Galván, haber dicho que Guzmán se desplaza frecuentemente entre 10 y 15 sitios para evitar ser arrestado, y que tiene un equipo de seguridad de hasta 300 hombres.
Al igual que en otras ocasiones en el pasado, su escape a último momento despierta sospechas de que hubiese sido alertado.