¿CUÁNTO VALE EL PELOTERO MEXICANO?

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26 abril, 2020

 

Por Fernando Ballesteros

Luis Ignacio Ayala es claro y contundente: “Sin peloteros no hay show”.

Con nueve años de experiencia en Grandes Ligas y una triunfal carrera en México y Series del Caribe, El Chicote Ayala fue entrevistado por Puro Beisbol sobre las carencias económicas de los jugadores y la posibilidad de un Sindicato de Peloteros.

“Es un tema muy serio y yo creo que aquí es donde cada dueño de cada equipo tiene que hacer conciencia de lo que realmente valen o valemos los peloteros mexicanos porque ellos pueden hacer su mercadotecnia, pero sin ofender a ningún dueño ellos tienen que darse cuenta que el pelotero es el que pone el show”, manifestó el lanzador nativo de Los Mochis.

“Los dueños pueden poner los estadios de primer nivel, la mercadotecnia de primer nivel y los mejores uniformes, pero sin peloteros la acción no empieza. Yo creo que en esta situación tan grave es donde realmente el pelotero tiene que ver por sus derechos y obviamente esto no es un resentimiento, nada contra un dueño o un equipo, al contrario, yo le doy las gracias a los que fueron mis dueños porque me trataron bien, excepto uno (Yaquis de Cd. Obregón)”.

Ayala, de 42 años de edad y quien aún no se retira oficialmente, destacó lo que ha hecho Alfredo Harp Helú por los peloteros con Diablos Rojos y Guerreros de Oaxaca.

“Yo creo que es una situación de conciencia y aquí es donde tenemos dueños de gran magnitud, como por ejemplo don Alfredo Harp que en realidad se preocupa por los peloteros y les da realmente su valor, es alguien que realmente sufre por el pelotero y ve el alimento para sus familias. Yo creo que sus dos organizaciones son las únicas que se ponen a apoyar al pelotero y ojalá y todos los demás lo entendieran, que se pusieran en sus mismos zapatos para poder ayudar al pelotero mexicano. Yo creo que es tiempo de dialogar, de empezar la nueva era del béisbol, de poder hacer algo bonito por el béisbol, donde también el pelotero aporte, que haya un fondo indispensable y un seguro más que nada para las familias de los peloteros porque no todos tienen la fortuna de haber jugado una buena pelota, de tener un ahorro y esto otro.

“Hay muchos peloteros que se quedan en el baúl de los recuerdos, muchos jugadores que realmente se tiraron de cabeza, que dejaron una rodilla en home y te jodiste, como decimos. Creo que es hora de que el beisbol, así como está cambiando la mercadotecnia, hay que cambiarlo de la mejor manera, dialogando para llegar a un acuerdo, donde el pelotero aporte una cantidad para un retiro o que al lesionarse su familia tenga cuando menos un pan asegurado para el día de mañana”.

–En ese contexto se está hablado mucho de un posible Sindicato de Peloteros en México. ¿Tú que escenario miras al respecto y realmente qué posibilidades le ves? Porque entiendo que para que esto pueda trascender y llevarse a cabo tiene que haber un entendimiento entre jugadores y dueños, ya que de otra manera no podría caminar bien un sindicato, ¿No?

“A eso me refiero al decirte en que yo creo que ya es hora de que el pelotero y el dueño se sienten a platicar, que haya algo más serio, que tengamos un beisbol como ellos lo quieren ver, con el mejor nivel sí, pero en todas las actitudes, de tal forma que también el pelotero tenga una garantía, de que tienes una temporada, de que no te van a correr a la semana, de que no te van a dar una o dos salidas y que te fuiste sin contrato.

“Yo creo que al momento de hacer el equipo tienes que tener tu contrato asegurado, con cláusulas también para hacer las cosas bien. Creo que esto más que nada es un dialogo que tiene que hacer y tenemos una ventaja ahora Fernando, yo creo que tenemos un gran Presidente de la Republica al que realmente le gusta el béisbol y quiere ver algo por el pelotero.

“Yo he estado muy cerca de ir a pedir una cita con él para platicarle mi tema porque hay un tema que en verdad me está ahogando, son 6 años sin jugar pelota de invierno gracias a unos dueños que tú sabes y todos saben mi historia. Yo creo que el Presidente hará algo por el pelotero ante esta situación que está pasando, donde no tienen un dinero asegurado y el pelotero que vive de la temporada, el que no tiene salario para poder mantener a sus familias. Más que nada hay que dialogar con los dueños, que entiendan que el pelotero necesita el apoyo de ellos, el apoyo de la afición, el apoyo de la mercadotecnia que se maneja para que esto sea también redituable porque ¿Cuántos peloteros has visto que se han retirado por una barrida o por un brazo quebrado donde ya no vuelven a ser los mismos? desafortunadamente tú los ves trabajando después en un campo o en algo así porque tú elegiste la carrera de pelotero y no estudias”.

SU DEMANDA CONTRA LOS YAQUIS

Ayala dice que la demanda sigue su curso contra los Yaquis de Ciudad Obregón y la LMP, luego del polémico caso de los bonos ilegales en la temporada 2012-13, cuando La Tribu se llevó el campeonato y los peloteros no recibieron ese dinero prometido.

 “Yo no le guardo un solo rencor a nadie, pero yo creo que el pecado lleva a la penitencia. Yo sabía a lo que me iba a enfrentar porque conocía perfectamente al dueño que es ahora y lo voy a decir claro, porque el señor René Arturo Rodríguez, fue el encargado del bloqueo a tu servidor. Desafortunadamente estando ahí puedes hacer muchos manejos y mi conciencia está tranquila, yo hice las cosas bien, mucha gente me dice que yo soy un pelotero rebelde, cuando no es así porque siempre busco la justicia al dar mi trabajo al 100 por ciento y ellos no cumplieron con los bonos”.

Ayala dice que en el proceso de la demanda ha existido corrupción de las autoridades para favorecer al Club Yaquis y la LMP, pero el proceso continúa.

“Ellos hicieron todos los bloqueos necesarios para no dejarme jugar ni en México ni en ningún equipo de la Confederación del Caribe y lo lograron, pero también, ¿sabes qué? Le doy las gracias porque en se lapso me permitieron estar con mi familia. Ese bloqueo fue de Arturo Rodríguez y Omar Canizalez, de seguir haciendo todas estas injusticias que están haciendo, pero todo tiene un precio y el béisbol le está cobrando la factura a los Yaquis porque no han vuelto a ser campeones desde entonces (2013). Ellos actuaron muy mal y voy a seguir peleando esta causa, me voy a ir a donde me tenga que ir, a México y a los derechos humanos internacionales. Si tengo que hacerlo, lo voy a hacer porque fue un acto de injusticia”.

ÉXITOS EN SC Y MLB

–¿Cuál de los cuatro campeonatos que ganaste en Series del Caribe es el que más recuerdas?

Recuerdo todos sinceramente. Fueron campeonatos que en verdad uno gozó, uno dio el 1000 por ciento al ponerse la playera de México y ya no era tanto del equipo ¿No?. Para mucha gente que no tiene idea, en una Serie del Caribe no hay oportunidad de practicar, tú llegas al estadio y  ha cambiarte para luego a jugar. La Serie del Caribe es sólo de una semana para el pelotero porque ya tú llevas el cansancio de la temporada, el cansancio de playoffs y de la etapa final que es el campeonato desde tu liga y llegas con mucha alegría.

“Se supone vas con toda la preparación que adquiriste y con todo el corazón en la mano, las ganas de ponerte la playera de México para poder dar hacer una buena labor. Entonces los cuatro campeonatos que obtuve te puedo decir que los gocé. Con los Tomateros casi no tuve actividad porque si recuerdas en la etapa de la semifinal contra Hermosillo tuve que ser intervenido quirúrgicamente de la apendicitis aguda, estuve al pie del dragón de irme al otro mundo como decimos. Fueron 15 días en el hospital internado y recuerdo que Juan Manuel Ley estaba desesperado, me decía: “Aliviánate, vamos aliviánate que te necesitamos”. Por eso vi poca actividad en esa Serie del Caribe en Caracas 2002, creo que lancé en dos juegos nomás porque no iba al 100 por ciento y perdí como 14 kilos de esa operación, pero lo disfruté mucho porque era mi primera serie. Luego se dio la de Mazatlán 2005 y la súper gozamos….Yo fui como refuerzo con los Venados y la verdad la disfruté mucho, ni se diga de los dos campeonatos con los Yaquis, donde también fui el cerrador”.

–Esos eventos terminaron por abrirte las puertas en Grandes Ligas porque después de Caracas 2002 llegaste a Grandes Ligas en 2003 con los Expos de Montreal y de hecho ese debut fue tu mejor temporada con record de 10-3 y 5 salvados, ¿No crees?

“Bueno, fue la temporada de novato y resultó excelente porque en verdad el ser campeón en Serie del Caribe me dio un gran aliento, llegué muy motivado a pesar de que venía de una operación de apendicitis aguda, llegué a casa, tomé mi descanso en muy poco lapso, fui invitado a los entrenamientos, me fui así, recuperé peso a mediados de los entrenamientos y eso me ayudó a hacer mi carrera más que nada en Grandes Ligas con los Expos de Montreal, luego de caer en Regla 5 porque tu recordarás que yo estaba firmado por los Rockies de Colorado y no me daban la oportunidad que yo esperaba.

“Afortunadamente tuve un gran entrenamiento, creo que fueron 12 juegos sin permitir carrera, lo cual abrió los ojos a los scouts y los dueños de los Expos para dejarme en el equipo. Gracias a Dios fue la temporada que nos fue mejor como novato porque yo considero que mi mejor temporada fue la de Yankees de 2011, cuando en el último juego tenía la efectividad en 1.10, a excepción de esa mala salida que tuve cuando (Evan) Longoria me pegó un jonrón con caja llena y la efectividad se me fue a 2.10. Sobre la temporada de novato (2003), para mí debería haber estado en las votaciones y quizás haber sido elegido también como Novato del Año de la Liga Nacional, pero ni siquiera figuramos porque estábamos con un equipo digamos sotanero”. 

–Fueron 534 apariciones en las Grandes Ligas en 9 años, sólo superado por cuatro compatriotas: Joakim Soria, Óliver Pérez, Dennys Reyes y Ricardo Rincón. ¿Te faltó un año para la pensión vitalicia o ya viste eso para arreglarlo?

“Fíjate que me faltó un mes para los 10 años de servicio, pero en realidad fueron 12 años en Estados Unidos. Iban a ser 10 años en MLB porque tenía un contrato garantizado con los Minnesota Twins en 2009 y era por un año completo, pero desafortunadamente tuve una discusión con el manager ahí y les pedí mi cambio. Me dejaron libre y en el tiempo que estuve en la agencia libre, que me meten en waivers y fue el tiempo que no me contó en el sistema de Grandes Ligas. Afortunadamente logramos la full pensión porque yo estuve con la Asociación de Peloteros hablando de ese último contrato garantizado y ellos me dijeron: “No te preocupes, con el tiempo te lo vamos a dar, ese mes que te falta se te va a añadir a tu pensión y estamos bien”, pero fueron 9 temporadas en Grandes Ligas”.

–Sabemos que todos los bateadores son complicados en el mejor beisbol del mundo, pero ¿nos podrías hablar de algún bateador que se te haya dificultado en especial en las Grandes Ligas en aquella época?

“Eran tiempos muy difíciles, te puedo decir un Chipper Jones porque me lo enfrentaba seguido al estar en la misma división. Me tenía tomada la medida y lo que son las cosas, al final de mi carrera, ya con Orioles, lo terminé ponchando y los saludé con la gorra en mano. ‘Por fin te ponché, bárbaro’, le dije. También por ahí estaba un Aramis Ramírez y tuve la fortuna de enfrentar a Sammy Sosa, a Barry Bonds, a David Ortiz y en verdad tuvo buenos números con ellos.

“En esa época los equipos estaban plagados de estrellas y el béisbol más moderno para mí sí ha cambiado, ha ido evolucionando, ahora que vienen quitando reglas, para mí le están quitando un interés, la esencia del béisbol ¿por qué? Porque el béisbol ya está inventado, para qué venir ahora a cambiarlo disque por mercadotecnia.

“Le están quitando espectáculo por querer ganar un peso más y vamos a perder la esencia. El beisbol que se jugaba antes era bonito y se le respetaba porque yo era tu amigo, pero a la hora de pitchearte era tu enemigo porque comías tú o yo. Recuerdo una vez con Culiacán (2004) que llegó Mark Kroon y que tiraba arriba de 100 millas, cuando a mí me dijeron: “Ahí viene Kroon y tú te vas a la octava, pero yo le dije: ‘No me voy nada, primero que me quite el puesto’. Esa vez me ayudó un poco Kroon y no aguantó, lo mandaron para la octava y yo me quedo en la novena para después combinarnos con José Silva. O sea, eran tiempos de respeto, de decir: “hey, espérate, yo no voy a dejar que tú me quites la pelota de lanzar. Ahora el beisbol es mercadotecnia”.

–¿Tu mayor satisfacción en las Grandes Ligas cuál sería? algo que te recuerde más, alguna estadística, algún número en especial.

“Bueno, fueron muchos momentos la verdad, el primer día en el que debuté fue en un Opening Day contra los Bravos de Atlanta y ahí estaba Vinicio Castilla. Imagínate tener a uno de tus ídolos y enfrentarlo porque tuve oportunidad de lanzarle. Recuerdo que me dio un ‘texas’ atrás de segunda base que al final de cuentas fue hit y ahí empezó nuestra amistad grande que tenemos hasta el momento. El primer bateador que enfrenté fue Gary Sheffield, imagínate después de verlo en sus mejores años y enfrentarlo como primer bateador pues como que te tiemblan las patitas ante 60 mil espectadores ¿No? jajaja.

“Yo creo que esa fue una experiencia muy grande que no se me olvida hasta el momento porque afortunadamente pudimos vencer la barrera del miedo como le decimos nosotros, la manera de seguir luchando. Recuerdo también una vez que me metieron a batear que casi pegaba un jonrón, le pegué a la barda, estaba yo jugando con los Nacionales y conecté un batazo por el central-izquierdo, del cual dije: ‘la saqué’. Comienzo a correr despacio y a perrear, pero la bola pegó en la barda y casi me hacen out en segunda base, donde me empezaron a decir enojados en el infield, “hey ¿quién te crees?”.

–Precisamente con los Nacionales de Washington estuvieron cuatro peloteros mexicanos en la temporada 2005. ¿Qué anécdotas tienes de ese año junto a Vinicio Castilla, Esteban Loaiza y Antonio ‘Cañón’ Osuna?

Fue una experiencia fue muy grande para tu servidor, el convivir primeramente en el campo de entrenamiento. Osuna y yo ya nos conocíamos , nos hablábamos muy bien. Conocía a Vinicio y a Loaiza menos en verdad, pero se dio la oportunidad de irnos juntos, llegamos al entrenamiento cada quien por su lado y yo era el Rookie como ellos me decían jodiéndome a mí.

“Entonces me acuerdo bien que todos los días El Cañón me pedía ‘un cevichito’, aunque cada quien tenía su departamento. Yo creo que fue una experiencia muy grande para mí ante esas tres grandes figuras por ser el más joven de ellos, pero recuerdo muy bien que seguido yo era el que hacía los ceviches y para acabarla de joder eran puros aguachiles tipo Culiacán.

“Todos los días de entrenamiento eran que comíamos juntos o cenábamos porque los cuatro estábamos solos ahí sin la familia. Tuvimos la oportunidad de conocernos mucho mejor e hicimos una gran amistad que hasta el momento persiste porque independientemente de lo que haya pasado cada uno estamos en contacto. En verdad en el beisbol lo que te queda no es la fama del pelotero sino los amigos que haces”.

 

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