Por Mike Bauman / MLB.com
El comisionado Bud Selig, en una de sus muchas apariciones relacionadas con el Juego de Estrellas esta semana en Kansas City, hizo hincapié esta estadística:
Al llegar al receso por el Juego de Estrellas, 19 equipos estaban ya sea en posición de alcanzar la postemporada o se encontraban a sólo 2 1/2 juegos de amarrar un lugar en los playoffs.
Lo anterior se basa tomando en cuenta, por supuesto, la adición de un segundo comodín en cada liga. Pero con casi un tercio de los equipos de Grandes Ligas contendiendo sólidamente para alcanzar la postemporada, el balance competitivo se encuentra en una excelente condición.
Como es costumbre, el receso por el Juego de Estrellas ofrece una pausa que refresca, un tiempo ideal para contemplar qué es lo que nos espera para la segunda mitad. Y lo que nos espera puede definirse de la siguiente manera:
Una abarrotada e intensa competencia por esos 10 lugares disponibles para la postemporada.
Si usted desea expandir la definición de contendiente, podría argumentar que tantos como 24 equipos todavía tienen posibilidades -sólidas y no tan sólidas- de alcanzar la postemporada.
Los próximos 19 días de competencia tendrán un impacto dramático en cómo los equipos en el área gris entre contendientes y pretendientes van a definirse a sí mismos. Antes de la fecha límite de cambios sin pasar por waivers del 31 de julio, los clubes que se encuentran actualmente marginados de toda contienda tendrán que decidir si están dentro o fuera, si deben convertirse en “compradores” o en “vendedores”.
El dilema que algunos equipos están por enfrentar es, ¿Nos arriesgamos con movimientos de peso para tratar de luchar por un lugar en los playoffs, o sacrificamos el resto de la temporada para tratar de ganar en el futuro? Tomar una decisión de esta índole no es para nada fácil.
En la carrera por la postemporada, “nuevo” ha sido el término que ha reinado. Y para este viejo gran juego, esto es algo bueno.
Existen nuevos nombres que hacen la gran diferencia, entre ellos los jardineros Mike Trout, de 20 años, con los Angelinos y Bryce Harper, de 19, con los Nacionales. El usual término “jugador de impacto” se queda un poco corto con este par. “Jugador que transforma” pudiera acercársele. No se trata simplemente de ver hacia adelante y predecir un futuro brillante. Trout y Harper han hecho una diferencia inmediata y dramática para sus escuadras.
A nivel de un club, equipos que se suponía no serian tan buenos se convirtieron en contendientes y se mantuvieron así. Los Orioles pudieran estar a siete juegos del primer lugar en el Este de la Liga Americana, pero ocupan el segundo lugar en una división que, en parte debido a la actuación de los Orioles, está más peleada que nunca.
Para algunos, los Piratas no llegarán a ningún lado porque la temporada pasada también tuvieron una muy buena primera mitad, pero se desvanecieron en la segunda. Pero esa forma de pensar pudiera ser seriamente obsoleta. Los Piratas ocupan el primer lugar de la División Central de la Liga Nacional, y esta temporada, su pitcheo parece ser mucho más sólido de lo que era en el 2011. Los Bucaneros ocupan el cuarto lugar en el Viejo Circuito en promedio de efectividad. Y cuentan con una de las estrellas jóvenes más impresionantes actualmente en Grandes Ligas, Andrew McCutchen, en el jardín central. McCutchen participó en el Juego de Estrellas por la Liga Nacional este año pero quizás todavía no recibe el reconocimiento que se merece por su gran juego.
Encabezando el Este de la Liga Nacional, y liderando las Mayores en promedio de efectividad colectivo, encontramos a los Nacionales de Washington. Chipper Jones, ícono de los Bravos, ha dicho que los Nacionales cuentan con la mejor rotación del béisbol. Ni los números ni el sentido común ofrecen una razón para no estar de acuerdo con este futuro Salón de la Fama.
La pregunta ya está siendo hecha con frecuencia: ¿Qué pasara si/cuando los Nacionales se encuentren en plena lucha por el banderín en la recta final de la campaña y su talentoso abridor Stephen Strasburg llegue al límite de innings permitidos? Esa es una interesante proposición, pero los Nacionales no tienen que lidiar con la pregunta básica de pitcheo que la mayoría de los equipos tienen que enfrentar. Esa es: ¿Dónde podemos encontrar más pitcheo?
Los Nacionales tienen el mejor récord en la Liga Nacional. Con el pitcheo que tienen, ese récord no es una casualidad. Se trata de un equipo astutamente armado y bien dirigido. La situación con Strasburg es una que el resto de los 29 equipos hubiera querido tener.
La conclusión es esta: Si eres un aficionado al béisbol, los números indican que te encuentras entre la clara mayoría si le vas a un equipo que todavía no tiene una oportunidad genuina de llegar a la postemporada. Ese es quizás el panorama más claro que podemos esperar en la segunda mitad.
