Transmitir béisbol? Ahora cualquiera puede… ¿o no debería?
En tiempos donde basta con un celular, una red social y una conexión a internet para “transmitir” un juego de béisbol, estamos viendo cómo la narración esa labor que históricamente requería preparación, conocimiento y respeto por el juego se trivializa en manos de improvisados que se hacen llamar locutores o comentaristas.
Hoy es común escuchar transmisiones en las que los llamados “pseudolocutores” confunden términos básicos, ignoran reglas fundamentales y desinforman a los oyentes con ocurrencias en lugar de análisis. En lugar de enriquecer la experiencia del aficionado, la empobrecen. Un balk les parece magia negra, un infield fly lo explican como si fuera una trampa del árbitro, y al anotar una carrera… ¡dicen que fue “home run” aunque haya sido un error del jardinero!
El béisbol es un deporte que exige precisión, tanto dentro del campo como fuera de él. Quien tiene un micrófono frente a sí debe saber que su voz no solo entretiene, sino que educa, forma criterios y preserva la esencia del juego. Por eso, no basta con tener buena voz o hablar fuerte. Se necesita estudiar, conocer el reglamento, dominar el lenguaje técnico y, sobre todo, respetar al béisbol y a su audiencia.
Transmitir un juego no es lo mismo que gritar jugadas. No es repetir clichés ni hablar por hablar. El verdadero cronista traduce lo que ocurre en el campo en emoción e información, con responsabilidad y amor por el deporte.
El micrófono no debe usarse como juguete ni como pasaporte al protagonismo. Es, más bien, una herramienta que debe ser ganada y usada con preparación y ética.
Porque el béisbol merece respeto. Y su afición, también.
No es personal… es por respeto al béisbol
Este mensaje no va dirigido contra nadie en particular. No se trata de nombres ni de señalar personas. Se trata de algo más grande: la importancia de prepararse, documentarse y respetar lo que significa narrar un juego de béisbol.
Transmitir no es solo tener buena voz o acceso a una cámara. Es conocer el reglamento, usar el lenguaje correcto, entender el ritmo del juego y, sobre todo, tener la humildad de estudiar antes de hablar frente a una audiencia.
Hoy que cualquier celular puede volverse una cabina de transmisión, es más importante que nunca recordar que el micrófono tiene peso. Lo que se dice informa, educa y forma opinión.
No todos deben ser profesionales, pero sí hay algo que todos los que toman el micrófono deberían ser: responsables y respetuosos con el juego y su afición.
No es contra nadie… es a favor del béisbol y del verdadero cronista.
“Respeta el juego. Respeta a tus oponentes. Respeta a los aficionados. Y sobre todo, respétate a ti mismo.”
Buck O’Neil
ALL SPORTS NCG
CORTESIA
LO QUE SIGUE
Por: Efrén Chavira González DE MANZANEROS A Pretemporada: Lupe Chávez y Pepe Villa ya están listos para entrar al...