Alfredo González Vaquera de 20 años, fue sentenciado a 37 años 6 meses de prisión y pago de la reparación del daño por 49 mil 600 pesos, por ser penalmente responsable del delito de homicidio calificado con penalidad agravada, cometido en perjuicio de un joven de 16 años, la sentencia fue emitida por un Tribunal Oral del Distrito Judicial Benito Juárez.
De acuerdo a los hechos, 1 de Enero de 2011, cuando Alfredo González y la víctima salieron del domicilio de la madre del adolescente, quien llevaba en su poder un play station, ambos fueron vistos en el Barrio Santa María. Esa fue la última vez que se vio con vida al joven de 16 años.
Los familiares del jovencito interpusieron una denuncia por desaparición de personas y fue hasta el día 9 de Enero cuando fue encontrado el cuerpo sin vida del jovencito, en una tapia ubicada por una brecha que conduce al Campo 27, cerca del Barrio Santa María; de acuerdo al reporte del médico legista se estableció que esta persona fue privada de la existencia 8 días antes del hallazgo y que la causa de muerte fue asfixia por constricción de las vías respiratorias.
Después de las investigaciones correspondientes, los agentes de la Unidad de Delitos Contra la Vida detuvieron a Alfredo González el 10 de Enero, en base a una orden de detención, ya que el sujeto al saber que se encontró el cuerpo de la víctima pretendía huir de la ciudad.
Posteriormente se obtuvo información respecto a que González Vaquera pidió a una tercera persona que empeñara el Play Station de la víctima, aparato que fue asegurado por los Agentes, también se obtuvieron las declaraciones de testigos y evidencia pericial que inculpan al detenido. al ser interrogado, el agresor aceptó ante el Ministerio Público, en presencia de su abogado defensor, haber cometido el crimen porque tenían problemas personales desde tiempo atrás y luego le robó el play station.
Ante el Juicio Oral, el Ministerio Público aportó los elementos probatorios suficientes, y se resolvió dictarle sentencia condenatoria a 37 años 6 meses de prisión por ser penalmente responsable del delito de homicidio calificado con penalidad agravada.