HÉCTOR ESPINO Y SU DEBUT ASOMBROSO CON LOS YAQUIS

por

1 abril, 2020

 

HERMOSILLO._  La directiva de los Naranjeros de Hermosillo estaba consciente de que el equipo tenía que cambiar respecto al del año anterior (1959-60).

 El timón de la nave naranjera estaba seguro con Virgilio Arteaga, quien construyó con gran cuidado un club muy competitivo; la receptoría quedaba al cuidado de Juan de Dios Villarreal en su tercer año como profesional en el béisbol mexicano; el short stop le fue entregado a Jorge Fitch con cinco años de experiencia; el jardín central estaría bajo la custodia del novato bajacaliforniano Andrés “el Avestruz” Rodríguez, quien resultó un jugador muy completo, de bateo largo y excelente jardinero; la tercera base era propiedad del versátil Jesús Bustamante, quien bien podía también estar en los jardines o en la loma de pitcheo.

La segunda almohadilla sería asignada a Marco Antonio Manzo buscando  el “estirón” definitivo junto con Gonzalo González;  José Eradio Burruel y Marco Antonio Sánchez cuidarían los otros dos jardines mientras que los lanzamientos de la loma serían responsabilidad del “Maistro” Mauro Contreras, del nativo de “La Matanza” Blas Arredondo quien empezaba a consolidarse como un pitcher de categoría, completando la tercia el experimentado Miguel Sotelo, todo un astro del montículo quien regresaba después de haberse despedido a mediados de la primera temporada; el  departamento de relevos estaba a cargo del obrero incansable del diamante Héctor Olguín, junto con Alejandro “Chicles” Rodelo incorporado ya adelantada la campaña.

UN REBELDE LLEGA A HERMOSILLO

La primera base fue asignada en un principio a Jesús “Tribilín” Mendoza, un jugador hecho en los cantera brillante de los llanos de Guaymas, pero “el Maistro” Mauro Contreras arregló una contratación muy especial: había firmado a un talentoso bateador unos meses antes y que estaba por reportar… era Héctor Espino.

En un restaurante de Chihuahua, Mauro se entrevistó con el jovencito de 21 años a mediados de 1960 con la intención de firmarlo para Naranjeros; la anécdota empieza con la firma del joven ex policía de tránsito en una servilleta, seguramente ansioso “el Maistro” por evitar que otro club ganara la firma del aún poco conocido Espino.

Debe aclararse que Contreras lo había visto jugar para los Tuneros de San Luis, sucursal de los Sultanes de Monterrey en la Liga Central, donde el novato promedió .368 y 20 cuadrangulares en la recién concluida temporada de 1960.

Pero Espino nunca reportó; a pesar de que Contreras facilitó los viáticos y el pasaje para su transporte de Chihuahua a Sonora,  sucedió que otro buscador-jugador había pactado un acuerdo paralelo;  se trata del obregonense Germán Liogón quien jugaba para el equipo Aguascalientes de esa misma Liga Central, a su vez hermano del principal directivo de los Yaquis Oscar Liogón.

Este segundo acuerdo contemplaba un sueldo mensual de $750 pesos y viaje en avión con destino al Valle del Yaqui; quizás Espino menospreció la servilleta y con un trato más redituable económicamente optó por quedarse en la antigua Cajeme al llegar a Sonora.

ESPINO DEBUTA CON LOS YAQUIS

Así las cosas, para el día 23 de octubre de 1960 Espino alineaba en el jardín derecho de los Yaquis en un doble partido contra Empalme; en el juego de la mañana conectó un doblete contra Alejandro “Chicles” Rodelo y por la tarde su primer cuadrangular contra Cliserio Trujillo; esa alineación histórica para el béisbol de la Liga Invernal fue:

Yaquis de Ciudad Obregón

Line Up del Domingo 23 de Octubre de 1960

Agustín Enríquez (2b)

Guillermo “Huevito” Alvarez (3b)

Héctor Espino (lf)

Roberto “Chamaco” Vea (cf)

Francisco Luzanilla (ji)

Gumaro Corral (1b)

Nazario Moreno (ca)

Germán Liogón (ss)

Arturo Cacheux (pd)

Guillermo “Huevito” Alvarez (MANAGER)

 

Los Yaquis perderían la serie por limpia 0-6, 3-5 y 1-3, y en lo general pagarían caro su regreso al béisbol invernal en una temporada en la que obtuvieron 11 victorias y 43 derrotas.

Pronto llegaron las noticias a Hermosillo acerca de la alineación de Espino con los Yaquis e inmediatamente los directivos se quejaron del “robo” ante el Presidente de la Liga Sr. Esteban Pérez; el Gerente del Club, Sr.  Enrique Romero, molesto por la situación, envió un telegrama al Sr. Pérez  fechado el lunes 24 de Octubre que a la letra dice:

 

“Presentamos absoluta inconformidad y enérgica protesta por alineación Héctor Espino jugó ayer en Ciudad Obregón (punto) Seriedad Liga exige hágase cumplir contratación jugadores evitando piratería (punto) Usted tiene antecedente y documentación compruébase Espino pertenécenos (punto) Nuestro club lesionado seriamente por fuga preténdase consumar (punto) Urge ordénese envíe hoy mismo jugador fáltanos avisándonos esta vía fin tomar providencias caso requiere (punto)”.

 

 

Después de analizar la situación, el Sr. Pérez finalmente otorga el apoyo correspondiente al club Naranjeros y envía un aviso al joven de 21 años para que se presentara en Hermosillo a más tardar para el día martes 25 de octubre con carácter de obligatorio;  en caso de negativa el “rebelde” sería suspendido de la Liga. 

Espino hizo caso omiso de la advertencia y no reportó como le fue indicado, viajando con el Club a la capital de Sonora pues los Yaquis abrían serie el sábado 29 para inaugurar temporada. Antes de ese primer juego, se hicieron las averiguaciones y como después comentaría Eradio Burruel: “me tocó presenciar el momento en que Espino pasaba a la caseta de Hermosillo y tomaba el uniforme con el número 11, mismo que después cambió por el 21”.

El Primer Line-up de Naranjeros con Espino

Ese primer día de naranjero el sábado 29 de octubre de 1960 Hermosillo tuvo el siguiente line-up:

 

Gonzalo González (2b)

Jorge Fitch (ss)

Jesús Bustamante (3b)

Héctor Espino (1b)

Andrés Rodríguez (jc)

Eradio Burruel (ji)

Jesús Mendoza (jd)

Miguel Sotelo (p)

Virgilio Arteaga (mgr.)

 

 

El encuentro terminó 10 a 2 con victoria para Hermosillo acreditada al abridor Sotelo. Espino produjo una carrera en el primer inning con imparable anotándola Jesús Bustamante previamente en base con triple; en su trayectoria deportiva en la Liga Invernal, Espino remolcaría 1120 carreras con 1865 hits en 24 temporadas, siendo considerado el bateador más productivo de todos los tiempos en el béisbol mexicano.

 

Para orgullo nuestro, vestiría para siempre el uniforme naranjero siendo el líder que guiaba al equipo imponiendo respeto en la caja de bateo; todo un ídolo que había sido firmado en una servilleta para el equipo Naranjeros en un olvidado establecimiento de Chihuahua. A nombre de todos los aficionados de aquellos años… Gracias “Maistro”.

 

*Artículo publicado en www.historiadehermosillo.com

Notas Relacionadas